Este país, que tiene una población de alrededor de 20 millones de personas, se caracteriza por el desempleo, la corrupción y la falta de perspectivas sociales y económicas. La Iglesia ortodoxa rumana reúne a cerca del 87 % de la población. Por lo tanto, la Iglesia católica es minoritaria. Las Iglesias cristianas locales se enfrentan a diario a desventajas en la asignación de fondos públicos. Apoyamos a la Iglesia rumana especialmente en la construcción de lugares de culto y en la formación de sacerdotes.
La situación de minoría extremadamente pequeña que tiene la Iglesia católica de Rumanía también provoca numerosos ejemplos de discriminación. Entre ellos, el problema de la concesión de fondos públicos. A muchas Iglesias cristianas locales les falta, simplemente, dinero para invertir en sus anticuadas infraestructuras. En este ámbito, ACN ayuda económicamente a las Iglesias y apoya la rehabilitación de los edificios religiosos para que los files puedan celebrar el culto de una forma digna.
» Como muchas familias están emigrando a Europa Occidental, las vocaciones al sacerdocio también están disminuyendo. «
Otro problema es la catastrófica situación relacionada con las nuevas incorporaciones a la Iglesia católica rumana. Se debe al hecho de que muchos rumanos se han marchado al extranjero a causa de la corrupción de las estructuras políticas y comerciales, agravada por la recesión económica. Como consecuencia de la emigración, hay una falta de fieles, jóvenes comprometidos que puedan sentir la vocación al sacerdocio. Por ello apoyamos a la Iglesia en la selección y formación de seminaristas y proporcionamos vehículos para que los sacerdotes que quedan puedan llevar a cabo su labor pastoral, incluso en las parroquias más remotas.