Aunque la guerra en Siria y en Irak ya ha finalizado, la necesidad de los habitantes de esos países aún no se ha podido subsanar. De ello son testigos las ruinas, las viviendas en cuevas de las montañas de escombros y los ojos vacíos de innumerables personas traumatizadas. La ayuda humanitaria y la reconstrucción son ahora la máxima prioridad. Como también lo es ayudar a la Iglesia necesitada en Oriente Próximo y a sus fieles perseguidos y desplazados. Solo en 2018, ACN proporcionó más de 13 millones de euros de ayuda económica a la Iglesia en Siria e Irak.
Para los cristianos de Oriente Próximo, nuestra ayuda es algo más que un símbolo de solidaridad humana: también es un símbolo de un nuevo futuro y de la unidad mundial del cristianismo. En los primeros años de la guerra, cuando la propia supervivencia de los refugiados estaba en juego, ACN fue capaz de facilitar alimentos, tiendas, mantas y medicamentos con medidas de ayuda de emergencia y salvar así a decenas de miles de cristianos. La solidaridad, el apoyo y la misericordia de esa acción les proporcionó el coraje necesario para seguir viviendo.
« Pese al trauma de la guerra, muchos cristianos en Oriente Próximo vuelven a mirar al futuro »
Pero actualmente millones de desplazados o refugiados, entre ellos numerosos cristianos, aún permanecen en los campos. La mayoría de ellos desea volver a su país, ya que añoran un hogar que les ofrezca protección y seguridad. Pero al igual que sus cuatro paredes, tras la cruel guerra los fieles también necesitan sus iglesias como lugares de oración conjunta y como símbolo de reconciliación.
Debido a que muchas iglesias han resultado dañadas o destruidas por la guerra, las medidas de reconstrucción son uno de nuestros proyectos de ayuda más urgentes en Oriente Próximo. Cada piedra reconstruida también ayuda a levantar de nuevo el tejido social en las distintas comunidades.