En las regiones con una gran falta de sacerdotes, las religiosas se ocupan literalmente de todos los necesitados en el nombre del Señor: niños y adultos, huérfanos, enfermos y moribundos y personas, en busca de esperanza o traumatizadas. Estas religiosas trabajan a menudo en las condiciones más difíciles.
« Para nosotros, un proyecto de ayuda ha tenido éxito cuando las personas pueden volver a practicar su fe con total libertad »
Regina Lynch, directora de Proyectos
A su vez, las hermanas contemplativas ayudan a los sufrientes mediante la oración. Solo en 2018, apoyamos la valiosa labor de 11.046 religiosas de África, Asia, Europa del Este y Latinoamérica.