Este pequeño país de la península de los Balcanes tiene unos 2,8 millones de habitantes y es uno de los países más pobres de Europa. Los cristianos constituyen una minoría en él. Igual que los fieles de Albania, la Iglesia local está preocupada por su subsistencia. Una de las principales preocupaciones es la escasez de sacerdotes jóvenes y de obispos, además del creciente fundamentalismo islámico.
En 2016, las organizaciones de socorro de la Europa del Este se reunieron con los obispos de Albania, Montenegro, Bosnia y Kosovo. El objetivo era buscar soluciones para la crisis económica de las Iglesias locales. Se alcanzó un amplio consenso sobre la importancia de garantizar la viabilidad de los ordinaria tos y de las parroquias y proporcionar a los sacerdotes una adecuada atención básica en caso de enfermedad y en la vejez.
» Las Iglesias de Albania tienen necesidades materiales. «
En los lugares en los que escasean los empleos, tanto la población como la Iglesia tienen dificultades para subsistir. Por la tanto, la financiación que destinamos a Albania se ha dedicado principalmente a garantizar los medios de vida de los sacerdotes. Otro problema que han tenido hasta hace poco ha sido la falta de designaciones episcopales. Recientemente, el Papa ha designado a tres de los seis obispados albaneses. Se trata de un signo claro ante el celo de las fuerzas islámicas fundamentalistas apoyadas por el mundo árabe.