La historia de la Iglesia católica en Filipinas tiene ya 400 años. Hoy, el 80 por ciento de la población profesa la fe católica. No obstante, la relación de la Iglesia con el presidente Rodrigo Duterte sigue siendo tensa, entre otras cosas porque él ha ejecutado a miles de delincuentes vinculados al mundo de la droga sin someterlos antes a un proceso judicial. Pero este país insular no solo está afectado por problemas como el tráfico de drogas, sino también por la desigualdad social y el creciente materialismo. ACN ayuda sobre todo a las diócesis más pobres a conservar las infraestructuras necesarias. Otra prioridad de nuestra ayuda es la financiación de la asistencia pastoral, especialmente para refugiados en el archipiélago de Mindanao.
El archipiélago de Mindanao, en el que viven numerosos musulmanes, ocupa una posición especial en el país filipino. Esto se debe a que algunos grupos terroristas islamistas pretenden crear allí un estado islámico. En mayo de 2017, varios cientos de guerreros islamistas arrasaron la ciudad de Marawi casi por completo, asesinaron a los habitantes y tomaron rehenes.
Aquellos que pudieron escapar de la masacre huyeron despavoridos de los terroristas. En aquella ocasión, ACN proporcionó a los refugiados ayuda de emergencia inmediata. Ahora se trata sobre todo de proporcionar asistencia pastoral y cuidados terapéuticos a las personas traumatizadas. Con este fin, ACN apoyó en 2018 un proyecto de ayuda a hombres, mujeres y niños que fueron encarcelados durante meses y habían sido sometidos a torturas físicas y psicológicas. Entre ellos se hallan mujeres y niñas violadas. Este proyecto atiende a cristianos y musulmanes por igual.
Estudiantes fomentan el diálogo entre cristianos y musulmanes
La masacre de Mindanao fue motivo para otra iniciativa de la Iglesia local que también recibe apoyo de ACN: en el proyecto “Youth for Peace”, estudiantes cristianos y musulmanes de ambos sexos visitan campos de refugiados en los que aún viven miles de personas huidas de la ciudad de Marawi. Los estudiantes ayudan a los refugiados sea cual sea su religión, y son la prueba palpable de que la convivencia pacífica aún es posible tras los terribles sucesos ocurridos en 2017. Para el obispo local de Marawi Edwin de la Peña y Angot, el diálogo y la reconstrucción de la convivencia pacífica entre cristianos y musulmanes tienen la máxima prioridad. ACN seguirá apoyando sus iniciativas para la paz y la reconciliación.